sábado, 16 de octubre de 2010

Hallazgo del fósil de una planta

Investigadores del Conicet encontraron un fósil de una flor del grupo de las Asteracaea de más de 47 millones de años, en un estado de conservación asombroso.

Las Asteráceas (Asteraceae), también denominadas compuestas reúnen más de 23.000 especies por lo que son la familia de Angiospermas con mayor riqueza y diversidad biológica. La familia está caracterizada por presentar las flores dispuestas en una inflorescencia compuesta denominada capítulo –que es la forma en que aparecen colocadas las flores en las plantas-, la cual se halla rodeada de una o más filas de brácteas (hoja que nace del pedúnculo de las flores).

El nombre "Asteraceae" deriva del género tipo de la familia Aster, estrella en griego en alusión a la forma de la inflorescencia. Por otro lado, el nombre "compuestas", más antiguo pero válido, hace referencia al tipo particular de inflorescencia compuesta que caracteriza a la familia4 y que solo se halla en muy pocas familias de Angiospermas.

Pertenecen a esta familia las margaritas, el girasol o el diente de león, entre muchas otras.

Un hallazgo importante

Si bien ya habían registrado polen fosilizado en Africa, Australia y Sudamérica que indicaban que la familia Asteraceae había surgido en el hemisferio sur, no se encontraba una flor fosilizada que confirmara estas hipótesis.

El hallazgo, considerado el único megafósil de esta familia vegetal, proviene de rocas que tienen aproximadamente 47.5 millones de años y que yacen a lo largo del río Pichi Leufú, a 60 km de Bariloche.

En 2002, un equipo multidisciplinario integrado por investigadores del Conicet, encontraron este fósil en las cercanías del Río Pichi Leufú, al que se puede acceder desde la ciudad de San Carlos de Bariloche.

“Son plantas que pueden haber crecido en el sur del continente de Gondwana, antes de que separaran Sudamérica, Africa, India, Australia, y la Antártida”, asegura Viviana Barreda, investigadora del Conicet.

Actualmente hay 20.000 especies que se diseminaron por todo el mundo menos en la Antártida.

“La importancia de este hallazgo es que hasta 2002 no había megafósiles de órganos, sino pequeños fósiles de polen. Estos son más fáciles de fosilizar, pero fue la primera vez que se encontró un fósil de la planta”, aclara el doctor Jorge Crisci, que también integró el equipo del Conicet.


Equipo de investigación: los doctores Viviana Barreda; Luis Palazzesi; María Cristina Tellería, Liliana Katinas, Jorge Crisci, Mauro Passalia y Florencia Bechis, todos del Conicet, y el doctor Rodríguez Brizuela del Museo Argentino de Ciencias Naturales “Bernardino Rivadavia.
También participaron: los doctores Bremer de la Universidad de Estocolmo, Suecia; R. Corsolini del Museo del Lago Gutiérrez “Dr. Rosendo Pascual” de Geología y Paleontología de San Carlos de Bariloche.